Que las bandas sonoras despierten a la perfección nuestras emociones no es nada nuevo. Todos hemos sentido esa alerta al escuchar los acordes inquietantes del cine de terror, o se nos han saltado las lágrimas con esa emotiva melodía. Y es que si hay algo esencial en el cine es la música, una pieza imprescindible y llena de magia para la industria que ahora el público puede revivir de una forma única con los conciertos en directo.
«La música debe decir lo que las imágenes no pueden.» – Ennio Morricone
Ritmo y cadencia
Películas como Mad Max requieren de una música intensa y ritmo acelerado, mientras que, por ejemplo, Lost in Translation de Sofia Coppola se beneficia de una banda sonora etérea y pausada. La música, por tanto, puede impulsar la narrativa o ralentizarla, permitiendo al espectador vivir la frenética persecución por el desierto o sumergirse en la soledad de Tokio.
Emociones del personaje
La música amplifica los sentimientos de los personajes y esto lo podemos ver en películas como La La Land, donde las composiciones de Justin Hurwitz reflejan —entre otras emociones— la esperanza, el amor y la desilusión de los protagonistas.
Un dato curioso sobre la música de cine
Las bandas sonoras orquestales modernas a menudo combinan música real con sonidos sintetizados. Esto permite a los compositores crear paisajes sonoros que no podrían lograrse solo con instrumentos y ampliar sus posibilidades creativas.
Hay películas que no hemos visto, películas que hemos visto y cuya trama hemos olvidado e incluso películas que no sabemos ni que existen y de las cuales reconocemos una cosa: la banda sonora. Ese es el poder que tiene la música en el cine y al cual homenajeará Candlelight, la serie de conciertos entre velas que esta temporada trae a Málaga las bandas sonoras más famosas a los escenarios más impresionantes.