La infancia sabe a torrija y éstas siempre huelen a Cuaresma. Es uno de los postres más tradicionales de Andalucía y hay tantas recetas como familias, según sus costumbres. La base, no obstante, es siempre la misma: pan, canela, cáscara de naranja y limón y azúcar. Herederas de la tradición, las alternativas se han multiplicado, adaptado y reinventado dejándonos maravillas como estas.
Las clásicas de leche
Comenzamos por las de toda la vida, las torrijas de leche que recuerdan a las abuelas y nos trasladan directamente a la niñez. Su elaboración es tan sencilla como infusionar piel de limón, canela y leche y mojar en ella pan del día anterior (cortado a rodajas, aunque también tendrás resultados deliciosos con pan de molde o brioche). A continuación, hay que empapar el pan mojado en huevo y freír. Finalmente rebozamos con azúcar: el resultado siempre es espectacular.
Con miel
Estas sí que son puramente andaluzas, las más jugosas y dulces de todas. Prepara una especie de jarabe caramelizando el azúcar en la sartén y añadiendo agua, miel, clavo, canela, cáscara de naranja y limón, y un vaso de vino.
Si no quieres comerte tanto la cabeza, puedes sencillamente rociar la torrija con miel rebajada con agua. Prueba con diferentes variedades de miel para conseguir distintos matices.
Con chocolate
Ante esta barbarie contra cualquier dieta equilibrada tienes dos opciones: remojar las rebanadas de pan en leche chocolateada (cuando hervimos la leche agregamos azúcar y chocolate y removemos para que no haya grumos) o bien bañar las torrijas en crema de cacao y avellanas o chocolate para fundir.
Rellenas
En esta ocasión, la rebanada de pan debe ser más gorda para que podamos incluir el relleno. Para el mismo tienes varias opciones: crema pastelera, chocolate (o nutela), natillas o incluso crema de queso.
Antes de remojar las rebanadas en la leche debemos hacerles un pequeño corte a lo largo sin llegar a partirla en dos. Una vez hemos bañado el pan, con cuidado y ayudándonos de una manga pastelera, rellenamos las torrijas. El siguiente paso es el huevo batido y freír. Se deshacen solo con mirarlas.
Con fruta
Una versión ligera y refrescante de la torrija tradicional, es la torrija con zumo de naranja. Este cítrico aporta un sabor frutal a la leche, que hace que sean todavía mucho más apetecibles si cabe.
Para adultos (échale alcohol)
Torrijas y alcohol no son conceptos contradictorios, por ello entre sus ingredientes estrella se encuentra el licor o el vino. En concreto, te proponemos recetas con vino tinto, Baileys y Café con leche, licor y mascarpone.
Opción light
Lo lógico sería pensar que respecto a las torrijas no existe tal cosa, pero no es así. Y es que parte de la culpa de que las torrijas engorden es por su fritura en aceite. Así que para lograr una interpretación de ellas más ligera y comerla sin tantos remordimientos, aprende la receta al horno o cocinándolas al vapor.
Torrijas para intolerantes
Tan solo hay que hay evitar utilizar los alérgenos comunes como el huevo, la leche o el pan de trigo para que todo el mundo disfrute, sin excepción, de este clásico postre. Para los celíacos se puede seguir cualquier otra receta utilizando un pan sin gluten; para los intolerantes a la lactosa, sustituir la leche por horchata o leche de coco y para los alérgicos al huevo utiliza semillas de lino molidas en remojo hasta que la preparación adquiera una textura gelatinosa.
Veganas
Torrijas para vagos
Esta es la más sencilla de todas, perfecta para cocinillas de pacotilla, sin ensuciarse demasiado. Se trata de las torrijas para microondas (al menos son más ligeras que las tradicionales). Descubre aquí todo el proceso.
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