Gran embajador de la cultura andaluza y fiel a sus raíces, el traje de flamenca refleja perfectamente la atmósfera que se vive en la Feria de Málaga.
La Feria no se puede concebir sin la gran galería de trajes de flamenca que se ven año tras año. Hay pocos vestidos en el mundo tan icónicos como este traje y es único, ya que a pesar de ser una vestimenta en constante renovación, nunca olvida sus raíces.
Su origen es humilde, ya que su antecedente es la bata de faena de campesinas y gitanas que iban con los tratantes a las ferias de ganado. Estas mujeres trabajaban con una bata con volantes, cuyos bordados y colores llamó la atención de las mujeres de alta alcurnia, que descubrieron la belleza insólita que tenían estas vestimentas y copiaron esta bata con volantes.
A partir de 1929, año de la Exposición Universal, el traje de flamenca se erigió como la vestimenta oficial para ir a la Feria y se proyectó a todo el mundo, convirtiéndose en un referente de la cultura española. Esta tradición se ha mantenido hasta nuestros días.
Hay toda una industria en torno al traje de flamenca y resulta irónico que siendo algo cuyo origen es humilde, hoy sea un capricho que puede costar desde los 100 hasta los 1000 euros. Por no hablar de todos los accesorios que se adquieren junto al traje, que tampoco son especialmente baratos.
Curiosamente, es el único traje regional de España que se renueva según la moda y se reinventa todos los años. Y no solo se viste en Sevilla o Málaga, sino que también es propio de las romerías y ocasiones especiales como pasarelas de moda. Algo similar ocurre con el flamenco y sus orígenes, que comenzó siendo una expresión popular y se ha acabado declarando como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, pero eso es otra historia que te contaremos en otra ocasión.
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